miércoles, 26 de mayo de 2010

I. DEL TIMANFAYA AL PIRINEO

DÍAS PREVIOS

Mentiría si no dijese que cada día que se acerca no me siento más nervioso. Mentiría si dijese que a veces me pregunto porque he decidido hacer este viaje y no quedarme tranquilo en casa a descansar. Mentiría si dijese que no me sobreviene a veces la tentación de suspenderlo todo. Mentiría si dijese que no tengo cierto miedo.

Pero no mentiría si dijese, tal y como digo que pronto deshecho todos esos pensamientos para embarcarme de lleno en esta experiencia.

Todo revuelto, planos, ropa, y listas con lo que llevar, todo revuelto por ahí. Se que las listas son demasiado grandes y que pronto tendré que reducirlas. Miedo a la carretera. Preocupación por las posibles averías o contratiempos Pero lo más importante, impaciencia por comenzar.
Me siento impaciente. Quiero comenzar. Empezar a andar y que sea lo que el destino nos tiene deparado.

El plan… salir de las Montañas del Fuego en Lanzarote para llegar hasta los Pirineos, hacer una especie de transpirenaica y volver al sur.
Quince días de plazo y muchos kilómetros. La ruta principal elegida pero sin estar sujeta a nada si no a lo que nos apetezca por el camino. La tienda de campaña como alojamiento y muchas ganas.
Hoy hemos elegido las dos ruedas, que no la velocidad, para conocer un poco más y para sentir la libertad de no tener que ir a un sitio prefijado de antemano.
Pronto todo lo revuelto estará bien acondicionado en las alforjas. Las máquinas revisadas y a punto. Pronto empezaremos a vivir una nueva aventura, un nuevo camino, una ilusión. Pronto iremos del Timanfaya a los Pirineos.
Comienza la cuenta atrás.

lunes, 10 de mayo de 2010

Embarcados

Nos orientamos contra el viento.
Damos las velas.
Paramos el motor.
Ya solo el sonido del viento en la tela y las olas nos rodea como una melodía natural que nos hipnotiza.
El barco duda, pero pronto tomamos sus mandos, y sentimos la fuerza direntamente en nuestros brazos.
Cazar las velas, tomar firme el timón, buscar nuestro camino jugando con el viento y las olas, atentos, pero relajados.
Sensación indescriptible. Libertad. Naturaleza. Fuerza. Soledad. Paz. Atardeceres de fantasía.
Si antes me sentia atraído por el mar, ahora me ha embaucado como pocas cosas lo han hecho.